Seguro médico si eres autónomo. ¿Cómo desgravarlo?

La cifra de autónomos afiliados a la Seguridad Social ha aumentado ligeramente con respecto a enero 2020, a pesar de la situación económica, o quizá debido a ella, y se sitúa en algo más de 3,2 millones de personas.
 

Los trabajadores por cuenta propia, especialmente los que no cuentan con empleados o un equipo de colaboradores, deben combinar la dirección de su negocio con el servicio que prestan a sus clientes. En el aspecto financiero, es frecuente que haya cierto espacio de tiempo entre la prestación del servicio, la facturación y el cobro de las facturas, lo que supone vigilar la tesorería y adelantar dinero de su propio patrimonio, en ocasiones. Viven de su propio trabajo.

Como ya comentábamos en otro artículo, la salud es la principal preocupación de los españoles, seguido de la economía, en el momento presente. Y para un autónomo, un suceso inesperado relacionado con la salud puede suponer una pérdida considerable de ingresos. Para que los gastos sanitarios no supongan una preocupación extra, es importante que tengan cubiertas todas las contingencias relacionadas con la salud.

¿Por qué un seguro de salud específico para autónomos?

En la actualidad, este colectivo tiene acceso a cuatro ayudas: prestación por suspensión de actividad, por caída de ingresos, cuando no se pueda acceder a ninguna de las anteriores y, por último, para autónomos de temporada. No obstante, como se indicaba, no pueden permitirse dejar de producir, aunque al inscribirse en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) de la Seguridad Social, es obligatorio contratar un seguro que cubre la incapacidad temporal derivada de contingencias comunes y los accidentes de trabajo y enfermedades comunes.

A pesar de contar con coberturas para la incapacidad temporal, las cuantías a percibir suelen ser inferiores a las de los trabajadores por cuenta ajena, debido a que una gran mayoría cotiza por la base mínima. Esto perjudica también para el desempleo y las pensiones de jubilación. Los seguros de salud, con coberturas específicas para los autónomos, vienen a ofrecer algo de tranquilidad ante situaciones que preocupan a este colectivo.

Existen diferencias en el mercado asegurador entre unas compañías y otras. En ocasiones, se ofrecen condiciones especiales para este colectivo, como descuentos, eliminación del periodo de carencia o el copago. En el caso de Sanitas, las coberturas que ofrece su seguro de salud con protección total para autónomos son:

• En caso de hospitalización o baja por incapacidad temporal se incluyen servicios como:
  - Apoyo en las tareas del hogar.
  - Cuidado de los hijos y apoyo escolar a domicilio.
  - Puesto de trabajo en casa con asistencia informática.
  - Servicio de taxis para gestiones cotidianas.
  - Fisioterapeuta a domicilio.
  - Envío a domicilio de medicamentos y la correspondencia de la oficina.
  - Reembolso de la prima del seguro
• Accidentes de tráfico y laborales: cubre la asistencia sanitaria, tanto para los accidentes laborales o como extralaborales.
• Decesos en caso de accidente, tanto el servicio fúnebre como el traslado.
• Acceso a profesionales de la salud preventiva (nutricionistas, entrenadores personales, cuidado del suelo pélvico, etc.).
• Métodos terapéuticos (tratamientos oncológicos, logofoniatras, etc.).
• Segunda opinión médica.
• Cobertura dental.
• Urgencias en viajes al extranjero.
   

Todavía hay poca experiencia acumulada del trabajo en remoto masivo por lo que habrá que ir iterando y mejorando las prácticas, de todas las partes implicadas, para que la productividad vaya aumentando en el nuevo entorno.  

¿Qué ventajas fiscales tiene?

En el caso de los autónomos que están acogidos al régimen de estimación directa, el seguro de salud puede deducirse en la declaración del IRPF. Se aplica esa deducción a la prima del seguro del autónomo, su cónyuge e hijos menores de 25 años con los que convivan y no perciban ingresos superiores a una determinada cantidad que establece la Ley del IRPF. La cantidad máxima a desgravar será de 500€ por cada uno y llegaría hasta 1.500€ si alguno tiene una discapacidad reconocida. Esta desgravación no es aplicable en el País Vasco. Lo interesante es que esa deducción se aplica directamente sobre la base imponible, es decir, del total de lo ingresado por la actividad económica.

Este colectivo de trabajadores, que contribuye a mejorar la competitividad nacional arriesgando su propio patrimonio, necesita de estos apoyos para continuar con su labor.