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Trastornos de la retina

La retina es una membrana situada en la parte interna y posterior formada por células sensibles a la luz (bastones) y una red de nervios y vasos sanguíneos.  Es fundamental para la visión, ya que la córnea y el cristalino concentran la luz sobre las ramificaciones del nervio óptico con el fin de que éste haga llegar las señales luminosas al cerebro y sea transformada en imágenes.

Puede sufrir diferentes trastornos patológicos que afectan en mayor o menor grado a la visión y en algunos casos llegar a causar la ceguera:
  

  • Degeneración macular: afecta fundamentalmente a las personas mayores y más a las mujeres que a los hombres. Se produce por el deterioro de la mácula, la parte central de la retina, que produce una pérdida de visión (sin llegar a la ceguera), de tal modo que las líneas rectas y delgadas se ven escalonadas o sinuosas. Hay dos tipos: húmeda y seca. Existe un tratamiento mediante una inyección intraocular, que puede llegar a reducir su progresión, pero no a curarla.
  • Desprendimiento de retina: la parte de la retina que es sensible a la luz, formada por una red de nervios, se desprende del tejido que la sostiene y es necesario volver a unirlas para recuperar su funcionalidad. Puede comenzar en una zona pequeña y llegar a desprenderse completamente si no se trata, o incluso a romperse. No causa dolor, pero se reconoce por apreciarse imágenes irregulares que flotan o destellos en la zona afectada. El deterioro de la visión evoluciona rápidamente hasta hacerse completamente borrosa. El pronóstico dependerá del tiempo transcurrido desde el momento en que se produce el desprendimiento de la retina o de si está acompañado de hemorragia o cicatrización.
         
trastornos retina  
  • Retinitis pigmentaria: es un trastorno hereditario que causa la ceguera, tras un proceso de degeneración progresiva de los bastones (células responsables de la visión cuando hay poca luz) de la retina. Una de sus formas se hereda a través de la madre y el resto de cualquiera de los dos progenitores. La degeneración se inicia en la infancia, con un empeoramiento de la visión en la oscuridad, evolucionando con una pérdida de la visión periférica hasta que sólo hay una pequeña parte de visión central. Posteriormente sobreviene la ceguera. No hay tratamiento, ni siquiera para frenar la progresión de la enfermedad.
  • Retinopatía diabética: es una complicación de la diabetes mal controlada y puede conducir a la ceguera. Se produce por el engrosamiento y debilitación de las paredes de los vasos sanguíneos a consecuencia de una elevada presencia de glucosa en la sangre, lo que facilita su deformación y que se generen pequeñas fugas de sangre. Existen dos tipos:

          - Proliferativa: es la más grave y puede extender a la cavidad vítrea. Se
             forman nuevos vasos sanguíneos y puede causar un desprendimiento
             de retina.

          - No proliferativa: se produce por la rotura de pequeños capilares y la
             posterior formación de pequeños depósitos de sangre, distorsionando
             partes del campo visual y nublando la vista cuando afecta a la mácula.

  • Retinopatía arteriosclerótica: se produce por el engrosamiento de las paredes de las arterias que irrigan el ojo, hasta el punto de obstruirlas, sin que ello suponga un deterioro de la visión. Es un indicativo de arterioesclerosis.
  • Retinopatía hipertensiva: está causada por una tensión arterial muy alta, lo que ocasiona un suministro de sangre a la retina inadecuado, produciéndose escapes de sangre y acumulación de grasa. También puede inflamarse el nervio óptico. Requiere un tratamiento urgente para bajr rápidamente la tensión arterial.
  • Trastornos de los vasos sanguíneos: las hemorragias, la obstrucción de los vasos o un riego sanguíneo inadecuado pueden producir graves daños en la retina que llegan a producir la ceguera y son generalmente irreversibles. Es un indicativo de que el paciente tiene un riesgo elevado de sufrir un infarto cerebral.
  • Obstrucción de la arteria retiniana: produce la pérdida repentina de la visión y puede ser consecuencia de una arterioesclerosis, la presencia de un coágulo o una masa de grasa. Necesita un tratamiento inmediato.
  • Obstrucción de la vena retiniana: provoca la inflamación de las venas más pequeñas de la retina, haciendo que la superficie de ésta se congestione y se pueda producir un escape de sangre. Produce una pérdida gradual de la visión.

  

Sanitas - Bupa

SANITAS

Este contenido ha sido escrito por médicos especializados de los centros y Hospitales de Sanitas.

Nuestro propósito es promover vidas más largas, sanas y felices y un mundo mejor.

La información facilitada por este medio no puede, en modo alguno, sustituir a un servicio de atención médica directa, así como tampoco debe utilizarse con el fin de establecer un diagnóstico, o elegir un tratamiento en casos particulares. En este servicio no se hará ninguna recomendación, explícita o implícita, sobre fármacos, técnicas, productos, etc... que se citarán únicamente con finalidad informativa. La utilización de este servicio se lleva a cabo bajo la exclusiva responsabilidad de los usuarios.

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