La cesárea es un procedimiento quirúrgico para extraer al bebé del útero mediante una incisión abdominal. En muchos casos se realiza bajo anestesia general. En otros, en cambio, se aprovecha la anestesia epidural de manera que la madre está en todo momento despierta, y selectivamente anestesiada para no sentir dolor, por lo que puede ver y oír a su bebé.
Consiste en practicar un corte en la zona abdominal inferior, y otra en el útero. Tras vaciar la bolsa de líquido amniótico, se extrae el bebé y posteriormente la placenta y las membranas.
La OMS recomienda que las cesáreas no superen el 15% o 20 % del total de los nacimientos. Este porcentaje en España alcanza hasta un 25 %. Esto significa que en España un 5% de las cesáreas practicadas se podrían evitar.
Podemos diferenciar dos tipos de cesáreas:
- Programadas: para evitar un parto por vía natural
Las posibles causas pueden ser:
o Obstáculos en el canal del parto.
o Factores de riesgo de la vía vaginal (infecciones).
o Embarazo prolongado.
o Patología materna (eclampsia, diabetes, epilepsia, etc.).
o Embarazo gemelar o múltiple.
- De urgencia: ante cualquier situación no prevista durante el parto que pone en serio peligro la vida de la madre y/o el feto:
o Rotura uterina.
o Sufrimiento fetal.
o Atonía uterina.
o Distocias del parto.
o Prolapso del cordón umbilical.
o Desprendimiento de placenta incontrolado.
o Situaciones en las que no se pueda contar con la colaboración de la madre en el parto: coma, enfermedad grave, debilidad extrema…)
La recuperación después de una cesárea requiere más tiempo que la recuperación después de un parto vaginal. Después de una cesárea, es normal permanecer en el hospital de 3 a 4 días. Y la recuperación completa lleva de 4 a 6 semanas.