Se habla de desprendimiento de placenta cuando la placenta se desprende de las paredes uterinas antes o durante el proceso del parto. Esto podría causar sangrado o hemorragias vaginales. Sólo del 0,4 a 3,5% de todos los partos han experimentado desprendimiento prematuro de la placenta. Y si se presenta, será durante el tercer trimestre de embarazo. Los síntomas que lo acompañan son dolores abdominales y sangrados.
Pueden darse todos los grados de separación de la placenta de su implantación en el útero, desde unos milímetros hasta el desprendimiento completo. La causa se desconoce. Se asocia con varios trastornos hipertensivos, cardiovasculares y reumáticos.
Si se percibe algún síntoma de desprendimiento de placenta se deberá acudir al médico inmediatamente.
Síntomas y diagnóstico
Consiste en la aparición de un sangrado, tanto si es hemorragia externa como si se presenta como hemorragia interna. Los síntomas y signos dependen del grado de separación y de pérdida de sangre. En los casos más graves consisten en hemorragia vaginal, útero doloroso y firmemente contraído y evidencia de sufrimiento o muerte fetal. El desprendimiento de placenta puede confundirse con una placenta previa. El diagnóstico generalmente puede confirmarse mediante ecografía abdominal.
Tratamiento
Si la hemorragia no amenaza la vida de la madre o el feto, si los tonos cardíacos fetales son normales y la gestación no está próxima al término, se aconseja reposo absoluto en cama para disminuir el sangrado. Si mejora, la paciente podrá caminar y recibir el alta si no reaparece la hemorragia y tiene posibilidad de acceso rápido al hospital en caso de necesidad. Si el sangrado continúa o empeora está indicado el parto urgente.