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Espina bífida: tipos y tratamiento

10/08/2023

 

La espina bífida es una grave malformación congénita del tubo neural cuya causa fundamental es el déficit de ácido fólico de la madre antes de la concepción, aunque también hay factores genéticos que pueden predisponer a tener bebés con esta malformación. El tubo neural es un canal estrecho que se forma, se pliega y cierra entre la tercera y cuarta semana del embarazo y a partir del cual se forman el cerebro y la médula espinal. La espina bífida se produce cuando la parte del tubo neural que forma la médula espinal no se cierra completamente al finalizar este periodo de la gestación.

La espina bífida afecta a tres de los principales sistemas del organismo: el sistema nervioso central (SNC), el aparato locomotor y el sistema genitourinario. La afectación del SNC produce hidrocefalia en el 90% de los casos, así como una falta de sensibilidad y de fuerza más o menos amplia cuya afectación depende del nivel de la espina dorsal en la que se ha producido la malformación.

Tipos de espina bífida

Básicamente hay dos tipos de espina bífida o defectos del tubo neural:

 

Abiertos:

  • Meningocele: se forma un quiste o saco que sale de una apertura en la columna vertebral y que contiene membranas de la capa protectora de la médula espinal (meninges) y líquido cefalorraquídeo. Normalmente no hay daño en los nervios, por lo que la discapacidad que genera puede ser leve. 

  • Mielomeningocele: se presenta como una bolsa con el tejido nervioso medular expuesto y sin cobertura cutánea. La bolsa contiene líquido cefalorraquídeo, nervios y placa neural. Causa la parálisis de los músculos y una pérdida del sentido del tacto, por debajo de la lesión. Es una de las causas más frecuentes de discapacidad física en la infancia, y la más frecuente de vejiga neurógena e intestino neurógeno.
     

Cerrados:

Se producen al final del primer trimestre de embarazo y se presentan como bultos en la zona lumbar, en ocasiones con algún mechón de pelo. Provocan una mínima lesión neurológica en las piernas pero es frecuente la afectación de la vejiga aunque ésta puede pasar desapercibida en muchos casos al no producirse pérdida de orina.
  

espina bífida

Tratamiento de la espina bífida

No existe un tratamiento curativo para la espina bífida, aunque sí algunos que permiten minimizar las consecuencias de esta malformación congénita y mejorar la calidad de vida de quienes la presentan. En el caso de que exista hidrocefalia se deberá colocar al bebé una válvula de derivación ventricular. Asimismo, se deberá proceder al cierre quirúrgico del defecto neural, con el fin de prevenir la infección secundaria del tejido nervioso y cualquier otro trauma que pueda sufrir la médula expuesta.

Las intervenciones médicas y quirúrgicas de los últimos 40 años han logrado que ahora aproximadamente el 90 por ciento de los bebés que nacen con espina bífida sobrevivan hasta la edad adulta. Aproximadamente un 80 por ciento tienen un cociente de inteligencia normal, pero necesitan aprender a moverse para ser más independientes, sea con la ayuda de muletas o de sillas de ruedas. También hay nuevas técnicas para que los niños manejes el control de esfínteres (vejiga y recto).

Prevención de la espina bífida

Si todas las mujeres en edad fértil consumieran 0,4 miligramos de ácido fólico durante al menos los tres meses antes de iniciarse la gestación y durante el primer trimestre de la misma se podría reducir al menos en un 70% los casos de bebés que nacen con espina bífida.  El problema surge del hecho de muchos emberazos no están planificados y se detectan cuando ya han transcurrido al menos dos meses de gestación, por lo que el aporte de este nutriente ya no será efectivo en la prevención de esta malformación congénita. De ahí la importancia de planificar el embarazo y acudir a la consulta preconcepcional en el momento en que se decide tener un hijo. 

El ácido fólico es una vitamina B que se encuentra especialmente en los vegetales de hoja verde, aunque la dieta no es suficiente para cubrir las necesidades de un embarazo.

 

Sanitas - Bupa

SANITAS

Este contenido ha sido escrito por médicos especializados de los centros y Hospitales de Sanitas.

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La información facilitada por este medio no puede, en modo alguno, sustituir a un servicio de atención médica directa, así como tampoco debe utilizarse con el fin de establecer un diagnóstico, o elegir un tratamiento en casos particulares. En este servicio no se hará ninguna recomendación, explícita o implícita, sobre fármacos, técnicas, productos, etc... que se citarán únicamente con finalidad informativa. La utilización de este servicio se lleva a cabo bajo la exclusiva responsabilidad de los usuarios.

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