Se define como distensión de ligamentos el cambio en el tamaño o la forma de los mismos, ya sea porque se estira o se contrae en exceso de un modo forzado (sobreesfuerzo), como consecuencia de movimientos bruscos de rotación o de flexión. La diferencia con el esguince es que éste se produce al apoyar la pierna de forma inadecuada de modo que el ligamento se retuerce y se desgarra. Sin embargo, dado que en la distensión también puede darse la rotura de unas pocas fibras, en muchas ocasiones se equipara a un esguince de grado I.
La distensión de cualquiera de los ligamentos de la rodilla (ligamentos cruzados y ligamentos laterales) se caracteriza por cursar con dolor, sensación de calor e inflamación asociada a hematoma, que suele aparecer transcurrido algún tiempo después de la lesión. Asimismo, se produce una limitación funcional de la articulación, que genera una sensación de inestabilidad al tratar de caminar y que empeora en los primeros días a consecuencia de la inflamación.
Tratamiento de la distensión de ligamentos
La distensión de ligamentos de rodilla es una lesión de carácter leve que se recupera en una o dos semanas, aunque es necesario seguir una serie de recomendaciones durante las primeras 48 horas:
- Es aconsejable mantener la pierna en reposo y en la medida de lo posible en posición elevada con el fin de reducir la inflamación.
- Inicialmente se puede utilizar un vendaje compresivo (elástico), pero que no inmovilice la articulación. No se debe mantener después de los dos primeros días.
- Debe aplicarse hielo desde el primer momento para reducir el dolor. Se ha de interponer un tejido entre el hielo y la pierna para proteger la piel. Se aconseja utilizar una bolsa para contener el hielo y hacer que se adapte a la forma de la zona afectada.
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Un aspecto muy importante es la movilización temprana de la articulación en la medida en que lo permita el dolor e incrementando progresivamente la amplitud de los movimientos.
Para el dolor por la distensión de ligamentos se pueden utilizar también analgésicos e incluso antiinflamatorios no esteroideos como el ibuprofeno o el naproxeno, pues éstos, aun teniendo en cuenta que tienen más efectos adversos que los primeros, pueden acortar el tiempo de recuperación. En el caso de que el paciente sea un deportista o un profesional, se puede mejorar la evolución de la lesión con determinados tratamientos de fisioterapia, como es el caso de la aplicación de ultrasonidos, onda corta, infrarrojos, etc.