Las 7 soft skills más demandadas por las empresas
Muchas cosas han cambiado en los últimos meses que, en ocasiones, nos han puesto en situaciones difíciles y han mostrado cualidades personales que solo se manifiestan en esos momentos. Algunas de esas cualidades estaban presentes, pero han adquirido mayor relevancia debido a la pandemia y las actuales formas de relación social y laboral. Entre estas, las hay que ahora son más necesarias que otras y son esas, precisamente, las que están siendo más demandas en la sociedad en general y en las empresas en particular.
Las soft skills o habilidades blandas son aquellas competencias distintas a los conocimientos académicos adquiridos. Resultan una mezcla entre habilidades sociales, personalidad, inteligencia social, habilidades de comunicación e inteligencia emocional. En ocasiones son innatas en las personas pero, habitualmente, se entrenan y desarrollan a lo largo de la vida. Son especialmente relevantes en el ámbito laboral y pueden marcar la diferencia entre la carrera profesional de dos personas con la misma formación académica de inicio. Como ocurre con otros términos, se ha incorporado al lenguaje común su uso en inglés.
Linkedin1 publicó hace un año cuáles serían las soft skills más demandadas en 2020 pero, a la vista de la situación actual, destacaremos las 7 que van a ser especialmente relevantes para el escenario presente y en los próximos meses, por lo que serán las más demandadas en el ámbito laboral:
- Flexibilidad, adaptación al cambio. Si los cambios se han sucedido con mayor velocidad en las últimas décadas, hemos sido testigos de un cambio verdaderamente radical en los meses precedentes. Por ello, más que nunca se necesitan profesionales que sepan adaptarse a los cambios con rapidez y sin gran coste emocional.
- Responsabilidad. Personas fiables, con autodisciplina, formarán el grupo de trabajadores en remoto en los que más confiarán los empresarios y directivos. Antes de la pandemia, una de las barreras que existían en las empresas para fomentar el teletrabajo era la falta de confianza en que los empleados cumplieran con sus responsabilidades laborales. Puedes leer más sobre cómo ser productivo trabajando en remoto en este artículo.
- Actitud positiva. La amabilidad, la paciencia o animar a los compañeros, ayudarán a mantener alto el nivel de motivación dentro del equipo. Ante la incertidumbre de estos tiempos, puede costar seguir adelante y no desanimarse, por lo que contar con alguien positivo en el grupo será clave.
- Empatía y, como actitud esencial para conseguirla, la escucha activa. La empatía ha sido la cualidad más valorada desde hace años y se ha convertido en la piedra angular de las habilidades sociales desde que se empezara a poner de moda la inteligencia emocional entre los profesionales en los años 90 del siglo pasado. Consiste en poner el foco en las necesidades y sentimientos de los demás, comprenderlos y demostrarles que los entendemos.
- Resiliencia. La capacidad para enfrentar las situaciones complicadas y sobreponerse a ellas se demuestra clave en situaciones como las vividas y las que puedan estar por venir.
- Trabajo en equipo. Los nuevos modelos para acometer los retos laborales pasan por el trabajo por proyectos, basado en la cooperación, la creatividad, involucrar a miembros de los diferentes departamentos para romper los silos habituales en las empresas y el liderazgo compartido entre todos según las fortalezas de cada miembro del equipo. Te contamos más sobre liderazgo en este artículo.
- Proactividad. Empleados con iniciativa y, en su grado máximo, intra-emprendedores que propondrán ideas, soluciones a los retos o nuevos servicios y productos. Con esta actitud, como si de su propio negocio se tratara, harán crecer la empresa.
Todas estas habilidades, junto a otras como la asertividad, la motivación, la integridad, la cortesía o la habilidad para hablar en público, formarán parte del conjunto de cualidades que deberá llevar en la mochila el profesional del siglo XXI o seguir trabajando en su desarrollo personal para conseguirlas. El primer paso será un buen proceso de autoconocimiento, con los propios medios o pidiendo feedback a compañeros y otras personas cercanas. También será útil la ayuda de un profesional del coaching.
BIBLIOGRAFÍA
